Bailemos, tranquilos como una llama
de aquello, lo fugaz que se consume;
y fluyamos, sierpe agitada y mansa,
devenir, seamos sol entre las nubes.
Quietud y paz del ayuno corre y llama al labrador que recoja aquellos frutos del invierno que pasó. Al día largo le da el sol, en mi ser yo...
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