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Sonidos de acordeón

A Carmen Zulema

  

    Sonidos de acordeón, guitarra con risas, suena

el sol de una primavera en invierno de pradera,

con una voz de sonrisa que acaricia el alma entera.

Hace ya un año casi, quedamos en San Miguel;

los jóvenes vividores, querían ser atardecer.


    Y en aquella oscuridad, el prado se tornó bosque

éramos árboles, hadas, flores y bailaores.

Toda la gente jugaba, a ser felices también

y sin saberlo lo fueron, mirándose unos a otros

como quien se mira ajeno en el amor que es espejo

extraño entre los demás, la vida no es un pesar

y lo que queda de aquello: recuerdos tiernos y buenos.


Enero 2020. San Miguel Alto, Granada

 I-2021

Sigo sin saber a donde voy pero sé que voy. Desde aquellos días en que escribí Javier García Robles ha cambiado todo, pero hay algo que sigu...