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Flor

 Las margaritas

mariposas dormidas

la misma cosa.

Tierra

 Extremadura

mi amargor extraño

tú, verde y seca.

Instante

 No se puede echar

de menos al instante

si nunca se fue.

Vibración

 Respira aire

y verás el sonido

¿Notas el ruido?

Casa Abuelo

 No es casa ajena, hermana,
donde nos criaron los abuelos, en Zafra.

Es hogar de vida y muerte
aunque no nos demos cuenta
y aunque sea de mucha gente.

Aquí habitaron los vivos
y también pasó la muerte:
¡Qué alegría -dicen- nos alegramos de verte!

Aquí huele a esto, al sitio abierto
de dientes rotos, de familia numerosa
de cien pares de zapatos, y pinturas, no pocas.

Qué decir del "sofocón", como bien decía la abuela
saxofón que a él le dio y hasta que ella no murió
ya te digo, no lo soltó.

Qué recuerdos hermanita. 
Risas en cama de ma-tri-moño
y deseos del acordeón que nunca pudo llegar.

Y por último el ahora.
Sirín, con tu canto bailarín 
amenizas cada hora.

IX-2021

Loba, me duermo.

Sereno sobre el mármol, sol y sombra

tumbado estaba mientras vienes, loba,

a buscar en mis adentros y sueñan

las castañas del abeto: me duermo.


Sueño sirenas, veo una mariposa

¡Vuela! Sueña el agua en las acequias.

Y mientras tú, loba de mis adentros

¿Qué acaricias con tu aullido? Mi huerto.


Huele conmigo, pequeña, la vida

del estanque del olvido, desierto

y escucha la pena de quien lo mira.


Alegre, la vida de quién ahí dentro

con ninfas se baña. Te siento, loba,

te miro desde la vida, me duermo.


X.2021

En el huerto de mi bosque

 En el huerto de mi bosque

con violines allá, cerca,

con el frío de octubre,

en septiembre

soy una flor que florece.


Agradezco hasta el papel,

la compañía y el camino

que me brindan los troncos,

y el musgo que me guía.


Va tocando seguir

tranquilo,

inmerso:

Quiero adentrarme más

en el bosque.


25.IX.2021

Sólo un nombre

 Estábamos Juan, Lucas y yo en el salón y acabamos divagando y reflexionando sobre la identidad: gran tema filosófico o interesante cuanto menos. ¿Quiénes somos?

Con la ironía y la broma, acabamos por cambiarnos los nombres. Ahora Juan es Luís, Lucas es Guille y Alberto (yo) es Leo.

Es sorprendente cómo algo tan simple y a priori, contingente, un nombre, puede determinar tanto el mundo propio y el externo. El mundo del individuo en definitiva.

No pasó un minuto y las palabras raro, drogado, joder o extraño aparecieron. En primer lugar porque nuestra nueva identidad era, por una parte un ser cualitativo que nace de las cenizas de la identidad anterior; y por otra gran parte, una carcasa insusa. Pero cuando aparece un vocativo que acusa al sujeto otro como otro que no es él, sino un nuevo él, hay, en suma, doce extraños. Hay tres individuos que se extrañan de sí mismos, es decir, los antiguos de los nuevos. Y tales tres sí mismos que se extrañan de sí, es decir, los nuevos de su propia novedad. Por último, cada uno se extraña de los dos otros cuerpos vacuos, dos por cada uno, o sea séis. Doce identidades conviven en el salón y se dan cuenta de que es difícil. Dieciocho si contamos seis nuevos extrañamientos que se dan en los antiguos unos respecto de los dos otros, que ya si son los nuevos otros o viejos otros serían seis más. Digamos que veinticuatro o mucha gente, en gran parte vacía, existe de por medio y entorpece todo.

No pasan unos minutos más y aunque hay risas y una experiencia sin igual, Luís quiere dejar de jugar.

Por ahora, un nombre no es sólo una palabra, es el espejo de un sujeto que, aunque sabemos que no es idéntico a la palabra, sin ella el sujeto siente que se hunde. Tal vez por eso, recordando lo que dijo Guille, la gente se enfada tanto cuando se equivocan con su nombre, porque nadie quiere desaparecer escuchando el sonido de un espejo roto, y entonces dicen sin vacilar: "Yo no soy eso".

IX-2021

El ritmo del bosque

Ya le estoy cogiendo el ritmo

a esto de andar por el bosque.

No en todo tiempo hay camino

para el salto, la liebre,

a veces hay que esperar

la llamada de las ninfas

o aquel viento cuando suene acompañe,

el movimiento.


Ya le estoy cogiendo el ritmo

caminando, por las hojas

nuevas hojas secas

movimiento, ritmo y tono; ritmo

ya se lo estoy encontrando.


IX-2021

Poema soñado

No sé si podremos,

sólo sé que te quiero.

En el tablero de colores,

en el papel, tendremos la oportunidad.


IX-2021

Víspera Otoñal

Cuando miro el tiempo moverse

Los árboles de al lado lo sienten

Y es el otoño, mira las nubes,

Está viniendo, él quiere verte.


Sereno quiere ver agua caer

Despertar del sueño del verano

Viento que de repente florece

Sonido, luz blanca ¡Aparece!


Lento y sin parar, él no vacila.

El otoño cuando llega se ve

Y cuando llega y se ve ya se va.


De las hojas su trino, a veces igual

El otoño granadino vino:

Flor, sueño y luz de los cielos ¡Bajad!


IX-2021

Sigo sin saber a donde voy pero sé que voy. Desde aquellos días en que escribí Javier García Robles ha cambiado todo, pero hay algo que sigu...