Seguir

Poema de los versos olvidados

Encierran estos versos lo ya muerto,

los fragmentos del olvido, las miradas,

memoria corrompida, polvo y nada,

azul, poemas nunca escritos del recuerdo.


Letargos largos y fríos en las mañanas

que fingen y custodian los placeres.

Buitre negro que no vuela, de ojos verdes

mirando con nostalgia la savana.


Entrando por la puerta en la ventana

en la noche del recuerdo, la memoria

sujeta entre sus lijas ecos, llagas


y el trauma del infante y veinte vidas

puede escucharse en el silencio oscuro

¡Ay, ave solitaria! ¡Vuela, baila!

Nueva descripción del blog

Y aquí estoy, casado con la vida y así estaré hasta que la muerte me separe de ella.
Pero atento. Si no fuera por que la muerte me la quitará jamás habría decidido unirme a ella.

Sigue fumando

Sigue fumando

En lugar de decirle que la amas

Y que pedirle un cigarro y fumarlo a su vera

Es lo único que se te ocurre hacer ahora para estar con ella.


Sigue fumando,

Ni se te ocurra levantar la cabeza y decirle a quienes te acompañan que estás bien pero que sólo quieres quedarte en silencio, escuchando, escuchándote, sin que nadie te pregunte qué te pasa.


Sigue fumando porque las ganas de fumar que te da un cigarro sólo te lo quita otro y el antepenúltimo desamor que tuviste te ha costado ya diez mecheros. 


Sigue fumando porque da verguenza no fumar si es lo único que sabes hacer y si te da pánico no hacer nada. Fuma, porque algo hay que hacer y si no sabes qué hacer, fuma, porque no hacer nada sería aterrador. 


Fuma, sigue fumando hasta que no puedas más, hasta que el vientre reviente y seas una chimenea andante. Fuma, porque no sólo de pan se vive. Fuma, por empezar siempre fumando para celebrar lo bueno y acabar con la afición del remedio de lo malo, un parche. Fuma, porque de algo tendrán que olerte las manos y la cara esta noche para que puedas lavarte la cara y las manos antes de dormir, no soportas el olor en tu piel de aquello que te daña y que tú, una única persona quiere y no quiere hacer. Te arrepientes. Fuma porque de algo te tendrás que arrepentir pero por favor no escarmientes, sería horrible aprender algo hoy. 


Fuma, pues da pereza conocer el motivo por el que seguir fumando. Fuma más, porque sin fumar no puedes comer, sin comer no puedes cagar y sin fumar nunca cagas. Fuma, porque se te acaba el paquete y has de comprar uno nuevo. No lo necesitas porque te gusta, te gusta porque lo necesitas. Fuma y no lo dejes, mejor morir poco a poco. Fuma, porque de algo tendrá que vivir España y si no fumas qué sería de ella, fuma, quiero decir, para pagar impuestos así que si eres español fuma, fuma mucho y si no fumas estás siendo demasiado libre, apátrida.


Fuma, porque no te quieres una mierda, fuma, porque hacerte daño es la única manera de que sientas algo ahora y existir es sentir. Fuma, porque llevas ya un año sin fumar, porque no has fumado nunca, atrévete y fuma.


No pruebes vivir sin fumar, no vaya a ser que te des cuenta de que los días pasan igual. No vaya a ser que te des cuenta de que todo sigue igual, de que todo cambia., de que todo es espuma, fuma, que como el humo se esfuma.

¿Recuerdas? Arena Fina II


Arena fina, tus ojos

y tus besos me dormían

tus besos me despertaban

y el lucero vespertino

asomaba en la alborada.

 

Pies danzantes en las mantas

y las lenguas son el agua

de este río iluminado

por la luz de tu ventana

y en ella, un gorrión,

el ave matutina 

que cantaba sin palabras.

 

No sé si vas recordando

¿recuerdas?

El colchón mejor al suelo

para al unirse los cuerpos

poder subir alto al cielo

traspasando -la carne con la carne-

los límites del techo

y linde de las paredes

¡qué bien lo pasamos!

 

¡Tres!

La unión, el despegue

pegados, boca a boca,

amor, visión, me mirabas

¿recuerdas?

Arena fina, tus ojos

olor a nenúfar vivo

en las flores de tu cuerpo.

 

¡Dos!

La sangre de la carne

quería ir al otro

a no sé dónde lugar, otro,

y sólo entiende de imanes

de hogar, de animales.

 

¡Uno!

Eso era mil, un abismo

entre dos cuerpos

precipitados al vacío

que todo lo llena,

tu ignición, mi ignición

¿recuerdas?

El grito, la risa y el llanto,

la lágrima viva: neorománticos.

¿recuerdas?

 

Ahora el tiempo ha erosionado

La gota de cada día ha removido

La tierra de cada rato, sus lombrices agrias,

Ya no hay ansia en mí

Por volver a verte a ti,

Ahora sólo… ahora sólo.

 

Ahora el tiempo me recuerda a las fauces de un invierno infinito y largo.

La primavera no la espero,

Ahora es sólo un fugitivo recuerdo, un sueño.

 

¡Ay el tiempo! Te esperé y te espero.

Te esperé durante muchos mecheros gastados y sucios

Que lo único que encendían era la llama del vicio

Y el temor del alquitrán. 

Y con ansias me pegué a un cigarro por no poder

Tomarte a ti. Y sí, ya no fumo, querida, ya no fumo

Y puedo decir, que estoy escuálido

Famélico y vacío. Ya no soy ni polvo ni nada, humo…

Un mechero vacío. Pero yo siempre quise ser una llama de amor contigo

Y no pudo. Y el tiempo no pudo y

La distancia no ayuda

Y tal vez no todo lo puede 

Pues aunque se diga que el amor todo lo puede

Ahora ya no somos nada

-de lo que fuimos-

Ahora ya no somos nada

-de lo que pudimos-

Ahora ya no somos nada…

 

Recuerdo arena fina, tus ojos

que en el tiempo erosionan la

lágrima fácil, mis ojos,

ojo, qué ojos, tus ojos...



Mirando Flores

    Quiero vivir mirando flores

sintiendo el viento

quiero sentir lo de fuera dentro.


    Con confianza

en el amor que nos alcanza

con confianza

quiero sentir la flor que abraza.


    Dejando ser

al mundo de criaturas silenciosas

y al álamo que blanco se marchta.

Dejando ser al buitre,

a la muerte de la vida.


25/IX/22

A lo lejos, Málaga.

 En Malaga se ven las castañas volar,

Las del suelo se ven en el aire al quemar 

en un fuego la esperanza pasá.


Aquí no hay ni una montaña iguá,

No hay edificio que a una montaña no quiera igualá,

Son tos desiguá


Y si hablo de la ciudad no pueo deja atrah lah aporíah en que ehta se desenvuelve y se envuelve. 

Por ehemplo, en el barrio de las letras no hay librerías y entre el humo de cahtaña viven personah hambrientah. 

El peligro se cierne en cada curva vigilada por la seguridah,  la gente te contagia la rapidez esquivando la tranquilidah del mah

Por que sí, esto es una ciudah y aquí nadie te va a escuchá, toh quieren hablah, pero siendo honehto he de deci que al finá aparece un oído ajeno o propio, no lo niego, que sorprende al paseo solitario, al viaje espaciá y especiá del que va sin destino y se encuentra, como ahora sucede mientras esquivo, mientras escribo, que paseo por la Alameda y uno como yo me insta a pasá, le digo que no, que pase uhte primero, que sí, que no, que sí, y tras la sonrisa andaluza y la gracia humana que ama a la relacion propia del caminah, del caminante y su camino,  al final paso y me hizo pasá. Al fináh Málaga me dejó entrah.

Sigo sin saber a donde voy pero sé que voy. Desde aquellos días en que escribí Javier García Robles ha cambiado todo, pero hay algo que sigu...