Seguir

Oda a la Malta

 ¡Oh, Malta! 

Hija de la barriga 

que place hinchada, 

gran amante de la vida, 

hija de la cebada 

y de tu madre la espiga. 


¡Oh, Malta! 

Hedonista, rubia 

de barrica, tercio o lata. 

Siempre rica, cara o barata 

me sonrojo cuando bajas 

fresquita por mi garganta. 


¡Y si es caliente también! 

¡Y si es del tiempo mejor! 

sobre todo en esas noches, 

esos culos de anteayer 

y las litros que olvidé 

en aquel congelador; 

bendito sea aquel dios Baco 

que satisface mi amor 

quitando esta seca sed. 


¡Oh, Malta! 

Malta de la panza hinchada 

de los tiempos de bonanza 

de los tiempos de la oz, 

del trabajo, la esperanza.

¡Oh, Malta! 

Tu fermento, tu vapor; 

te hecho de menos y en falta 

ya lo recuerdo, tu olor…


II - 2121

Rápida ensoñación excesiva

I


Ahora que el mundo se acaba el humano ha terminado,

en alma y rima consumadas con el fin de su teatro.

Ahora que el mundo no es nada, su cadáver un papel

escrito ahí, los poetas. Que donde el tiempo pasa, arde.


A veces fuiste frontera y a veces sin darnos cuenta

toda cuenta la perdimos, quitándonos primaveras

tan veloz nos has comido ¡Ay el tiempo, ay amigo!

ya no somos lo que fuimos, ya no habita ni el olvido.


II


Del cielo al techo

de la tierra al suelo

y fuimos mientras dormimos

huyendo de los ancestros.


Dejamos pronto las cuevas

para entrar en hormigón,

ciudadelas y colmenas

y pronto la religión

lideraron todo el globo

y estalló en revolución.

Primero la del metal,

agrícola y ganadera,

más tarde fue la burguesa

y con ella la industrial.


Vino la modernidad

y con ella los caciques.

Pronto la guerra mundial 

y el triunfo bolchevique;

había riesgo en libertad

de aquel que quiere ser libre. 


Y tras falsas democracias

el mundo pronto arde en llamas

porque lo hicimos llorar

con todos nuestros conflictos

de la patria y la 'hermandad',

mercado por capital,

y de paso contamino.


Tomo la palabra ahora

para pedir despertar

invocar a un ser humano

que mire su realidad.


¿Dónde irán las oscuras golondrinas

que vuelan por las ventanas

cuando nadie quiera oírlas?

¿Qué pasará con la Alhambra

cuando sólo vivan ciegos

y nadie pueda tocarla?


I - 2121

Bailemos, tranquilos como una llama

de aquello, lo fugaz que se consume;

y fluyamos, sierpe agitada y mansa,

devenir, seamos sol entre las nubes.

Sigo sin saber a donde voy pero sé que voy. Desde aquellos días en que escribí Javier García Robles ha cambiado todo, pero hay algo que sigu...