Seguir

Sigo sin saber a donde voy
pero sé que voy.
Desde aquellos días en que escribí Javier García Robles
ha cambiado todo,
pero hay algo que sigue sin cambiar.
Es algo tan luminoso y claro
como oscuro y turbio.
Aparece cuando los días se nublan
y las noches sobresaltan.
Pero ahora
no me preocupo. 
Estoy más calmado.
Escribo menos porque el papel
me ha dado una salida que
siento que se agota.
La libertad hay que encontrarla
cada día. No puedo esclavizarme
a buscarla constantemente.
Me rindo, pero no del todo
y eso no me satisface pero
no puedo hacer otra cosa.

Sigo sin saber a dónde voy,
si es el camino correcto.
Porque no hay nada más 
que aquello que se nos ha dado
y yo si encuentro ese don, ese regalo
lo aceptaré como sea,
como sea.
Por ahora admito que 
me gusta el mar o que trato
de mirarlo como a mí mismo,
un abismo inexplorado
que se escurre entre las manos.

Mantengo lo dicho sobre los
encuentros y trato de mostrarlo.
Son muchos los encuentros y
juntorios yy son siempre regalo.
Aunque cambian las miradas
que miro, son las mismas
siempre, son las mismas siempre
y aunque me encuentro sólo,
estamos siempre juntos en la
mirada, en esta mirada que
continuará cuando desaparezcamos.

Carta amarga para el acto de presentación de Javier García Robles en Real Academia de las Artes Nobles de Antequera, Marzo de 2024.

Acerca del alma

Es sentir el alma cerca y saber que no se quiebra

Y que la certeza de vivir eternamente juntos no va a derrumbarse por un mudo escepticismo ni por una aldaba larga que fechada trate de agarrarnos. No. 

Hay certeza de que hay algo y de que el amor al lado de esto es una excusa diminuta que trata de presentarlo, porque hay algo, sí, hay algo.

Contra los árboles

A Paloma, Ruth y el barrio entero.


En el balcón del quinto

me fumo un cigarrito al sol

pensando en enfermedades y escuchando a Elphomega

recibiendo luz todo el rato

repasando lo que siento mientras un anciano cruza la carretera.


Saberme por instantes de eternidad la persona más feliz del mundo

una expresión de dios que se regocija en la alegría —sin orgullo—

hace que en el balcón del quinto hay alguien que está vivo

y en proceso, siempre de recibir una paloma, un sonido, el regalo.


Y la brisa veraniega llega dentro

entendiendo que el frío del verano puede ser más atroz que el del invierno.

Entendiendo que no soy yo, que no hay nada más y que ni esto

quizás, es el aveces que siempre se espera. Simplemente ser. 

Simplemente. 


Y pensar que vine aquí para escribir esto y nada más

para filtrar en este alguien una suerte de providencia necesaria

un suspiro de planta o árbol, un olor a pino que se puede leer

con verdad y referente, su propia forma de ser expresión.


Oportunidad, conquista y pérdida de territorio

haciendo mapas sobre mapas incompletos

para absorber en esponjas todo lo que haya

sin deseo, sólo agradecimiento y ganas de que

este mundo siga su revolución

sin multitud externa, multitud interna, eso es

lo que retorna siempre, si te fijas,

antes de dormir. El tú y el yo dentro de alguien

y la nieve que cae en verano, otra vez, pero con una serenidad

renovada, nevada.


Alguien me entiende y no está fuera. 

Estamos en tránsito

Estamos en tránsito 
Y quien no se da cuenta de 
Que esto se mueve 
Es poque aún no se asomó a la ventana de 
este increíble y colosal tren lleno de paisajes. 


Habito en un hálito 
Y en un suspiro vamos a 
Seguir viviendo observando tras el vano el 
Destello de destellos y 

Fragmentos sublimes de existir antes de ser.

Vino al mundo sin saber cómo.

 

    Vino al mundo sin saber cómo y sin saber por qué se marchó. Nació en un contenedor de basura y se lo encontraron en un mercadillo. Lo vendían barato dentro de una caja de sardinas. Los primeros años de su vida los pasó jugando en la puerta de su casa con las vecinas y los perros que siempre andaban paseando. Al llegar la adolescencia pudo desarrollar su faceta más artística explotando petardos de todo tipo, creando su propia dinamita. Más adelante, tras superar el miedo de admitir que no se casaría ni tendría descendencia decidió marcharse a la montaña. Se alimentaba de la corteza de los árboles pasada por agua. Con el cansancio que conlleva leer siempre el mismo libro decide bajar de la montaña en busca de alguna cachimba, gasolina y sonidos nuevos. Tras dejar en la urbe los ecos de sus hazañas vuelve a la montaña, pero esta vez para descansar como es debido haciendo con sus manos una cama con ramas y follaje. Felizmente y sin motivo, muere sonriendo, escuchando golondrinas mudas.

25-IX-2023 | Siendo lo que soy

 Donde a mí me gusta estar

es donde me lleve el viento

y donde se escuche el mar.

Con un timón chiquitito,

una vela bonita

y con intención siempre a bordo

en el barco del amor.

Sobre las aguas profundas

navega, barco, navega

que ya riela, riela, riela,

la luna luna lunera

y no quiero que se escape

el sonido de la espuma

ni un sólo pequeño instante.

En la cresta de una ola

quiero buscar bien la forma

de ver el espejo claro

que me refleje sin ropa.

Siendo y siendo lo que soy,

siendo y siendo lo que soy

en la cresta de una ola.

Segunda Ronda [Poetry Slam 23/06/23]

Pablo, te haces un poema conmigo?

Cómo? Dices mientras clavas tus ojos dudosos sobre los míos ansiosos. Pablo, hagamos uno juntos venga, que sí que sí, que da tiempo. 

Dios, Naiara es una fenómena. Pablo, que no me cambies de tema.

Que si no quieres hacer un poema conmigo dímelo pero no me hagas estratagemas

No sé si se dice así, pero quiero escribir algo ahora. Venga, a ver si consigo decir palabras que no tengan en absoluto nada que ver unas con otras.

[improvisado]

Tiritas

Color marrón de macetas de

Mesas (?) 

Personas que llevan calcetines distintos

palomas con plumas por aquí muy raras ¿por qué? ¿Qué les pasa? Nadie lo sabe.

La gente que dice eso de oh que guay un techo con cúpula y si hablas por allí se escucha aquí

Nariz de payaso por dentro

Luz de emergencia

Ventanas

Cal de las paredes de casas antiguas

La cabeza de Rafa las Heras

El árbol de la amistad

Quiero pintar
El árbol de la amistad
Sobre una reja, de metal.
Quiero saborear el color verde que trae tu dura silueta
Y observar
Las transparencias que atraviesan tu girar.
Déjame abrazar
Todos tus cantos y afiladas ramas
Tus simétricos bultos diferentes, que no son mas que el resultado áspero de lo forjado.

Menamorao

 Menamorao del tamaño tus pupilas, chiquitas, en la tarde cuando el sol te acaricia levemente después de atravesar las cañas, el algarrobo, el aire. Menamorao del tamaño tus pupilas, grandotas, en la noche, insertas en tus rombos naturales como las flores que salen en cualquier lao. Menamorao, de tu alma que sale si te miro por tus ojos y tu boca si te escucho, si te toco, con mis labios tus labios, si te toco.

Carta al mar

    Quería realizar aquí y ahora, sobre el césped de una playa de la costa de Málaga y recostado en una palmera, la más honesta de las cartas que hasta ahora he escrito. Mirando el reflejo de la luna casi llena en el agua azul, pienso en que sí, esta carta es sincera. Pero no por su contenido, eso aún está por ver. Sino por su destinatario. Si algo hace del valiente honesto es la aceptación plena de su cobardía, y yo, dándomelas de caballero andante, me enfrento al miedo que he estado evitando desde que en esta maravillosa ciudad vivo. 

    No me refiero al miedo que se tiene al agua, a los bichos y medusas que la habitan ni al peligro de las olas que no avisan. Hablo de un temor abismal. Me horroriza el mar en su mirar, en su sonar. Hay algo sublime, sí, en su naturaleza enorme e imperturbable. Su tamaño supera al de la tierra firme, su movimiento no cesa. Es como un rayo que truena continuamente. Y como el ave que vuela, el mar no lo sabe, no se sabe mar. Pero yo sí lo sé mar y hoy vengo a contarlo al papel. Enfrentarme a la tinta con este cometido llevo tiempo pensándolo. Al llegar a Málaga decidí escribir algo algún día -en el momento en el que lo supiese- acerca del mar y mi relación con él. Mi idea era documentar de forma poética y por escrito, rimando, mis encuentros con el agua salada hasta la actualidad. En este poema se relataría mi infancia con el mítico ¡Cuanta abba! Muestra del asombro de un infante. Seguidamente, aparecerían las imagenes de la familia, los amigos, el amor y la vida. Mi miedo era quizás no escribirlo. Por eso creo pertinente no faltar al respeto escribiendo al mar cosas que este no entiende. 

    El mar es amor, es movimiento y cambio, es aquello que suena siempre que se escucha, es fuente de dolor y placer, es lugar, es espacio. Y yo, desde aquí, acepto mi temor y se lo escribo, para ver si de ahora en adelante, como un velero a la deriva pero con el único rumbo de seguir navegando, llego a aguas y consigo gemir y gozar en un suspiro, finalmente, el amor que todo mar dice.

[Fui caminando a casa desde Cala del Moral y no pude resistirme al descanso que la playa me ofrecía en forma de personas, solas, meditando]

Atención, paciencia y nada más

    No es necesario hacer nada en especial. Al parar se escucha siempre aquello que suena y se mira lo que se ve. El ser es lo que es. También en movimiento se disfruta pero hay siempre un tipo extraño de quietud en quien de esto se da cuenta con nuestra extraña y agradable atención.

    Y alguien dice que no es necesario hacer nada en especial pues es necesaria la paciencia y nada más para contemplar que el rayo deseado algún día a nuestro lado caerá. Nadie vio, sin embargo, a los pájaros tristes o a los árboles gritar. Y los rayos del sol y la ira caen constantemente.

    Lo que a nosotros nos toca es esperar como queramos, pero desde la espera, mirar, cantar, bailar, pintar o pensar, pero siempre desde ese y no desde otro lugar.

El entre dos

Almas gemelas, Amor. Dos hermanos. Equipazo. Traman algo. Animales. Se conocen. Comen juntos. Perdidos se encuentran. Pájaro. Flor. Patitos lindos. Cara bonita. Calor. Mi risa. Nos cuidamos. Feedback. Brandy y Mr.Wishkers. El espacio entre tú y yo. Este aire, rincón del arte. Pececillo rubio con pecas. Pirañitas que me bailan en las manos si te toco. Te me arrimas y me enternezco y tu ternura... cristalina. Manantial de agua tibia y hojas secas. Como un jueves al sol: amarillo Nápoles rojizo tirando a verde, pegado a amarillo Nápoles rojizo tirando a magenta. Dos antenas parabólicas a punto de estallar. A veces, despiertas dejándose llevar. A veces, no. Piel de labradores, perros, no trabajadores. Motor, el, góndola, únicos, sardina, tos, asno, sardina. 





POEMAS DEL ESPÍRITU

Soy un texto, sombra de esa hoja que se cae.
Soy un texto del tiempo presente y absoluto
y me consumo con él en su acontecer.

Soy lo último del ahora, la cresta de la ola
que ya pasó, eternamente en fuga
como la ola, como la ola.

*

Bajo la sombra del árbol
de la sombra que cobija
siento la espuma del pájaro
y que el aire mueve, su canto
que el aire canta, la brisa.

Sobre la piedra de un banco
la tierra de todo ser
que se rinde como el viento
como el aire que se siente
el mundo está ahora escribiendo

en silencio tiernos versos
que la vida aprende a ver
con sabor a sol dorado:
bajo la sombra del árbol
que hoy empiezan por nacer.

*

Rápido que no se escape
Queda el gesto preso en este instante.

El salto, la ola, el rayo, la cruz, lo eterno y fugaz, el acontecimiento.
El ser siendo: esto.

Parece que se va pero sólo se expresa,
Aparece Dios todo el rato.

Y si se olvida y se da cuenta
Recuerda su esencia estando atenta.

¿Y el amor? ¿Te interesa?
Déjate, déjalo en sus manos mejor.

*

 Me asomo a la ventana
y veo a una mujer paseando, un perro,
está como ida y el reflejo de las farolas sobre el agua recién caída.
Ha llovido y es de noche.
Lo comprendo y me pregunto ¿cómo hemos podido inventar tanta mentira?

*

El cuerpo es la ventana al horizonte
Que camina con dos patas en su alféizar 
¿Sabías que su vano sólo es ver, mirar,
Quieta, inmóvil, de este a oeste y sur a norte?

Sólo podrá moverse cuando y donde
La ventana no sea nada y su hueco
Se haga vacío, reflejo del mundo entero
El amplio paisaje que la brisa esconde.

El cielo es una ventana hacia la tierra
Y su suelo es como el agua que resbala
-si amas, deja siempre la ventana abierta-.

El árbol es la ventana a lo frondoso,
Un nido la apertura a lo sagrado
Y el pájaro si sueña, cristal borroso.

*

En la oscuridad de la ventana vacía 
Escondo yo los sueños de quien (no) duerme 
Para que si se da cuenta se asome 
Al profundo abismo del alma sombría. 

Por el laberinto de espejos hay un ser 
Con un gesto ha visto su eterna mirada 
En la luz de una ventana que sin cara 
Ve el abismo del rostro que uno mismo es.

Y es ahí, en el oscuro laberinto 
Donde encuentro a la ventana sin barrotes, 
Vano sin cristal, vacío, lugar del viento 

Y de momento, me conformo en confiar 
Y confirmo que mirar es lo único 
Y miro todo desde la nada, mirar.

*

Ser, estar, escucha, escúchame, escúchate.
Aquí, en esto, si me ves te veo, te escucho yo también y tú también.
¿Lo ves? Sí, lo veo y lo ves.
Entonces ¿El amor?
El amor es sólo una palabra, pero se sostiene.

En el ámbito del ser
Todas las cosas son 
Y todos los seres crean.
Estando en Dios, no hay error,
Sólo acierto, paz y gozo.
Dios es conciencia que se da cuenta
De sí y su voluntad es asombro sin deseo.

La necesidad se posó como una llama
Sobre los cuerpos paseantes, hablantes
Que dialogan y contemplan lo que pasa y lo que pasa.
Como un alfiler atraviesa toda la ilusión de contingencia
Palpitando tras el velo que cubre la realidad.

*

Meditar es ser capaz de mirar los propios ojos
De escuchar la propia oreja
De tocar la piel y oler los cambios
Si dos se miran, meditan al instante
Escuchando los pensamientos propios
Pues nos verían si no estamos y nos vamos.

En sus ojos está todo, si eres capaz de mantener la mirada
Eres capaz de ser y estar por ese tiempo, todo y nada.

*

En lo alto de la montaña
desde el claro este de luz
a el oscuro ocaso azul
la vista del Indio alcanza.

Se halla lejos de su lanza,
libre el galope del ñu
y a lo que llaman cruz
él dedica una alabanza.

"No conozco a belcebú
y observando mi pasado 
he de amar como Jesús

porque mis ojos mataron,
y sólo mis oídos se salvan
pues me paro y anochece".

*

Siento en el pecho profundo
una viva voz que ama
y que con fuerza proclama
la palabra para el mundo.
Tú eres, amor, errabundo
que traspasas lo que vuela
soportando hasta que duela
todo espacio todo el tiempo.
Todo mar y todo puerto,
amor, viento, rumbo y vela.



Décima de amor.

Siento en el pecho profundo
una viva voz que ama
y que con fuerza proclama
la palabra para el mundo.
Tú eres, amor, errabundo
que traspasas lo que vuela
soportando hasta que duela
todo espacio todo el tiempo.
Todo mar y todo puerto,
amor, viento, rumbo y vela.

Ya huele a verano.

 De un momento a otro

la luz del sol ha cambiado

y del cielo ha caído

el olor a primavera nocturna

que anuncia calor, brisa, verano.

Tres veces lo mismo para decir te quiero.

1. No sé si te lo diré con mis besos

o si te llegarán mis miradas

pero siento que sobra la palabra.

Me gustas y no, no sé por qué.


2. No sé si serán los besos que no me das

o esa mirada con que me besas

pero no hacen falta las palabras

para saber que no, que no sé por qué.


3. No sé si mis besos te lo dirán

pero te miro y no sé a dónde 

llegaré con esto, muchas palabras

para decirte que lo siento (dentro).

Sigo sin saber a donde voy pero sé que voy. Desde aquellos días en que escribí Javier García Robles ha cambiado todo, pero hay algo que sigu...