Sal marina de ti de dentro de ti,
pide ayuda gritándonos si quieres,
te diremos en silencio que; puedes,
pero tu esperanza ha de seguir fértil.
Rostro en espejo y te llamas imbécil,
no creas nada que limite lo que eres
pues si te cuidas, ya tienes deberes:
amarte como eres sin ser débil.
A quién no le guste que corra fuerte
cada cual tiene sus cosas, es así,
somos los jefes de nuestra terapia
y aunque la lucha dure varios meses,
nadie puede intentar estar allí
donde tu sal no sale y es grosularia.
III-MMXX
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Poema Amargo
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