" Te quiero, te amo, te adoro,
te llevo a los toros,
te compras un mono,
después un loro,
te secuestra un moro
y yo te añoro. "
-Mi poesía de todas las noches, a mi madre.
Es real.
Ni me gustan los toros, ni tengo nada en contra de
los moros, ni de nadie. No al maltrato de animales,
sean monos o loros. Sí al amor.
Rondé los 6 cuando en mi mente, noche tras noche,
me despedía al dormir, al dormir también mi madre,
era poesía, también el verso que inventé.
Lo hice sin saberlo, pues la poesía es un nombre
muy posterior en mi vida. Como quien piensa en
la existencia desde que nace (servidor) y al leer y
estudiar filosofía se da cuenta de que eso "ya lo
pensó otro", encima le puso nombre.
Era ritual, ya no, veo que porque no
hace falta decirlo a nadie. Con ella se
sobreentiende. ¿O es excusa para no sentirme culpable?
Lo cierto es que el -te quiero- era suyo,
el último. Ley de mi pensamiento. La última palabra
que había y he de escuchar antes de dormir
es la suya. Mi reina absolutista cuyo poder es
único y no hay separación. Amor.
Lo que sí se es que salió a mi abuela.
Ya no está, no es, pero fue y será: La ley
personal que mi mente, en mi madre
alberga, también mi abuela.
- Te quiero...
- Te quiero... cuelga, para.
- Shh, Te quiero...
- Te quiero...
- ...
- ...
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20/02/2018
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