Seguir

Poema Amargo

Mil recuerdos
y una rumia que acompaña este desierto
y otra ruina
de Ozymandias
del pasado en el letargo
que es amargo.
Todo suma recordando
y los sueños me despiertan
pesadillas que en mi vida
ahora vuelven
siempre llegan.
Yo no entiendo
y quizás
no haya nada
por hacer para poder dehacer
que todo lo hecho hecho está
y puede quizás tal vez
sólo tenga que olvidar
todo lo que un día aprendí
y olvidar, desaprender
y pararme a respirar
respirar y respirar
sin parar ni a respirar
tanto ruido no es normal
que aún lejos de la ciudad
los camiones y motores de mi mente
que me vienen a expiar
por todo lo que dañé
y lo poco que creo en mí
que si no es por escribir
bien parado yo estaría
mal parado, mejor dicho
bien escrito este ladrido
un aullido, maldito
trago amargo, repetido.

Ojo

El silencio de la noche hoy no duele,
No pica, es manso y tierno,
Pan o perro.
Un sonido sobresaltado escucho:
Ojo por ojo.
Vine y vengo.
Hoy la pregunta por la vida es suave
Como un susurro en la mañana
Que no hace falta contestar.
Hoy la pregunta por la vida es lenta
Un leer medieval bajo una vela
O el peinarse con cepillo.
Escribo para dilatarlo y verlo
Que no tengo hambre
No hay sed ni prisa ahora.
Escribo para saborearlo
Porque seguro que se irá
El olor de este azahar, se irá.
Y aquí hago el fósil con estas
Traslúcidas manos. Voy labrando
Cristal eterno y esmerado.
Un propósito y un gesto:
Aguantar encima de esta ola y
esperar a la siguiente cuando caiga.

Hexis, Habitus. [25/IX/2022]

 Como es costumbre y hábito en mi vida, una vez llegado el día y horas antes de mi cumpleaños vengo a la cita con el papel para, sintiendo cómo estoy, escuchar aquello que tengo que escribir. Hoy, me asalta el nerviosismo, seísmo. Ha pasado un año desde aquellos versos bellos que escribí escuchando a mis queridas olas del mar ¡Tanto las echo de menos! ¡Tan rápido ha pasado un año! Aquel momento fue eterno, como todos aquellos en los que soy esto.

He pensado en el poema "Contra Jaime Gil de Biedma". Lo leo y me doy cuenta que ahora más que nunca lo entiendo y lo siento muy adentro como si fuese y lo es para mí. Siento que posee la conciencia que busco y que espero me entregue algo de esperanza y que no sea sólo la satisfacción de escribir un buen poema guiado por las musas o los demonios.

Y no quiero ir en contra mía ni de nadie. Quiero ser y estar y vivir con el sufrimiento. Y digo esto desde el dolor y la gana. Y quiero invocar al refrán, no sólo repetirlo, que todo lo que sube baja y que para subir hay que estar abajo antes. Es hora de agradecer, poder seguir aquí un año más, sobreviviendo al pesimismo, como ya escribí en aquellos versos y esta vez. Observando y comprendiendo poco a poco
cada vez más un poco
y siempre pero, 
guiado por algo
que me mira y me susurra, una ola
la mirada, un gesto y un paseo
luz del sol
se escuchan grillos
ya lo veo, voy a escribirlo, cojo aire
es el bosque 
que se agranda
y que en él
todo se mueve y son etapas,
es la vida y aquí sigo,
uno más y nada más.
Así es la vida.

[25/IX/2022]

Soneto de campiña

 Mi vista no alcanza la lejanía
cerca suena el cantar de los pájaros
lejos de la ciudad, el escándalo,
escribir, escribir y escribir vida.

Sin alforjas ni caballo, un bándalo
buscador de tesoros en la rima
y esperando espero algo, la cima
largo el tiempo que me deja mi trabajo.

Pasto seco que me arruga el entrecejo
cara larga que acompaña a la cigarra
miedo y tedio de querer llegar a viejo.

Tras tantas palabras que amansan al alma
recordando desde abajo con tropiecos
que no duele, cicatriz, si ella no sangra.

Oda a Malta (Versión extendida)

¡Oh, Malta! 

Hija de la barriga 

que place hinchada, 

gran amante de la vida, 

hija de la cebada 

y de tu madre la espiga. 


¡Oh, Malta! 

Hedonista, rubia 

de barrica, tercio o lata. 

Siempre rica, cara o barata 

me sonrojo cuando bajas 

fresquita por mi garganta. 


¡Y si es caliente también! 

¡Y si es del tiempo mejor! 

sobre todo en esas noches, 

esos culos de anteayer 

y las litros que olvidé 

en aquel congelador; 

bendito sea aquel dios Baco 

que satisface mi amor 

quitando esta seca sed. 


¡Oh, grandioso manjar!

Burbujeante esperas siempre en algún bar

Y con deseo ansío siempre tu sonido

¡Sonido del placer, el eructar!

No es el aceite el oro líquido

Eres  tú, eres como el mar

Distinta y siempre igual

Milenario don de la ebriedad

El de soñar contigo lo vivido.


Sólo de pensarte

Recuerdo la primera vez

Que mi boca tuvo 

la fresca suerte de probarte.

¡oh, Malta¡

Todo fue un embrujo

Cuando tu sustancia entró

Por mi cuerpo, un lujo.

Maleficio fue el beberte

Y una odisea es tu arte,

El de llevarte hasta la casa

El banco, el parque…

¡Oh, Malta!

Sólo de recordarte

Quiero ser con gusto

Campo y espuma, tu mundo, mi amante.


¡Oh, Malta! 

Malta de la panza hinchada 

de los tiempos de bonanza 

de los tiempos de la oz, 

del trabajo, la esperanza.

¡Oh, Malta! 

Tu fermento, tu vapor; 

te echo de menos y en falta 

ya lo recuerdo, tu olor…


[2020-2022]

Sigo sin saber a donde voy
pero sé que voy.
Desde aquellos días en que escribí Javier García Robles
ha cambiado todo,
pero hay algo que sigue sin cambiar.
Es algo tan luminoso y claro
como oscuro y turbio.
Aparece cuando los días se nublan
y las noches sobresaltan.
Pero ahora
no me preocupo. 
Estoy más calmado.
Escribo menos porque el papel
me ha dado una salida que
siento que se agota.
La libertad hay que encontrarla
cada día. No puedo esclavizarme
a buscarla constantemente.
Me rindo, pero no del todo
y eso no me satisface pero
no puedo hacer otra cosa.

Sigo sin saber a dónde voy,
si es el camino correcto.
Porque no hay nada más 
que aquello que se nos ha dado
y yo si encuentro ese don, ese regalo
lo aceptaré como sea,
como sea.
Por ahora admito que 
me gusta el mar o que trato
de mirarlo como a mí mismo,
un abismo inexplorado
que se escurre entre las manos.

Mantengo lo dicho sobre los
encuentros y trato de mostrarlo.
Son muchos los encuentros y
juntorios yy son siempre regalo.
Aunque cambian las miradas
que miro, son las mismas
siempre, son las mismas siempre
y aunque me encuentro sólo,
estamos siempre juntos en la
mirada, en esta mirada que
continuará cuando desaparezcamos.

Carta amarga para el acto de presentación de Javier García Robles en Real Academia de las Artes Nobles de Antequera, Marzo de 2024.

Acerca del alma

Es sentir el alma cerca y saber que no se quiebra

Y que la certeza de vivir eternamente juntos no va a derrumbarse por un mudo escepticismo ni por una aldaba larga que fechada trate de agarrarnos. No. 

Hay certeza de que hay algo y de que el amor al lado de esto es una excusa diminuta que trata de presentarlo, porque hay algo, sí, hay algo.

Contra los árboles

A Paloma, Ruth y el barrio entero.


En el balcón del quinto

me fumo un cigarrito al sol

pensando en enfermedades y escuchando a Elphomega

recibiendo luz todo el rato

repasando lo que siento mientras un anciano cruza la carretera.


Saberme por instantes de eternidad la persona más feliz del mundo

una expresión de dios que se regocija en la alegría —sin orgullo—

hace que en el balcón del quinto hay alguien que está vivo

y en proceso, siempre de recibir una paloma, un sonido, el regalo.


Y la brisa veraniega llega dentro

entendiendo que el frío del verano puede ser más atroz que el del invierno.

Entendiendo que no soy yo, que no hay nada más y que ni esto

quizás, es el aveces que siempre se espera. Simplemente ser. 

Simplemente. 


Y pensar que vine aquí para escribir esto y nada más

para filtrar en este alguien una suerte de providencia necesaria

un suspiro de planta o árbol, un olor a pino que se puede leer

con verdad y referente, su propia forma de ser expresión.


Oportunidad, conquista y pérdida de territorio

haciendo mapas sobre mapas incompletos

para absorber en esponjas todo lo que haya

sin deseo, sólo agradecimiento y ganas de que

este mundo siga su revolución

sin multitud externa, multitud interna, eso es

lo que retorna siempre, si te fijas,

antes de dormir. El tú y el yo dentro de alguien

y la nieve que cae en verano, otra vez, pero con una serenidad

renovada, nevada.


Alguien me entiende y no está fuera. 

Estamos en tránsito

Estamos en tránsito 
Y quien no se da cuenta de 
Que esto se mueve 
Es poque aún no se asomó a la ventana de 
este increíble y colosal tren lleno de paisajes. 


Habito en un hálito 
Y en un suspiro vamos a 
Seguir viviendo observando tras el vano el 
Destello de destellos y 

Fragmentos sublimes de existir antes de ser.

Vino al mundo sin saber cómo.

 

    Vino al mundo sin saber cómo y sin saber por qué se marchó. Nació en un contenedor de basura y se lo encontraron en un mercadillo. Lo vendían barato dentro de una caja de sardinas. Los primeros años de su vida los pasó jugando en la puerta de su casa con las vecinas y los perros que siempre andaban paseando. Al llegar la adolescencia pudo desarrollar su faceta más artística explotando petardos de todo tipo, creando su propia dinamita. Más adelante, tras superar el miedo de admitir que no se casaría ni tendría descendencia decidió marcharse a la montaña. Se alimentaba de la corteza de los árboles pasada por agua. Con el cansancio que conlleva leer siempre el mismo libro decide bajar de la montaña en busca de alguna cachimba, gasolina y sonidos nuevos. Tras dejar en la urbe los ecos de sus hazañas vuelve a la montaña, pero esta vez para descansar como es debido haciendo con sus manos una cama con ramas y follaje. Felizmente y sin motivo, muere sonriendo, escuchando golondrinas mudas.

25-IX-2023 | Siendo lo que soy

 Donde a mí me gusta estar

es donde me lleve el viento

y donde se escuche el mar.

Con un timón chiquitito,

una vela bonita

y con intención siempre a bordo

en el barco del amor.

Sobre las aguas profundas

navega, barco, navega

que ya riela, riela, riela,

la luna luna lunera

y no quiero que se escape

el sonido de la espuma

ni un sólo pequeño instante.

En la cresta de una ola

quiero buscar bien la forma

de ver el espejo claro

que me refleje sin ropa.

Siendo y siendo lo que soy,

siendo y siendo lo que soy

en la cresta de una ola.

Segunda Ronda [Poetry Slam 23/06/23]

Pablo, te haces un poema conmigo?

Cómo? Dices mientras clavas tus ojos dudosos sobre los míos ansiosos. Pablo, hagamos uno juntos venga, que sí que sí, que da tiempo. 

Dios, Naiara es una fenómena. Pablo, que no me cambies de tema.

Que si no quieres hacer un poema conmigo dímelo pero no me hagas estratagemas

No sé si se dice así, pero quiero escribir algo ahora. Venga, a ver si consigo decir palabras que no tengan en absoluto nada que ver unas con otras.

[improvisado]

Tiritas

Color marrón de macetas de

Mesas (?) 

Personas que llevan calcetines distintos

palomas con plumas por aquí muy raras ¿por qué? ¿Qué les pasa? Nadie lo sabe.

La gente que dice eso de oh que guay un techo con cúpula y si hablas por allí se escucha aquí

Nariz de payaso por dentro

Luz de emergencia

Ventanas

Cal de las paredes de casas antiguas

La cabeza de Rafa las Heras

El árbol de la amistad

Quiero pintar
El árbol de la amistad
Sobre una reja, de metal.
Quiero saborear el color verde que trae tu dura silueta
Y observar
Las transparencias que atraviesan tu girar.
Déjame abrazar
Todos tus cantos y afiladas ramas
Tus simétricos bultos diferentes, que no son mas que el resultado áspero de lo forjado.

Menamorao

 Menamorao del tamaño tus pupilas, chiquitas, en la tarde cuando el sol te acaricia levemente después de atravesar las cañas, el algarrobo, el aire. Menamorao del tamaño tus pupilas, grandotas, en la noche, insertas en tus rombos naturales como las flores que salen en cualquier lao. Menamorao, de tu alma que sale si te miro por tus ojos y tu boca si te escucho, si te toco, con mis labios tus labios, si te toco.

Carta al mar

    Quería realizar aquí y ahora, sobre el césped de una playa de la costa de Málaga y recostado en una palmera, la más honesta de las cartas que hasta ahora he escrito. Mirando el reflejo de la luna casi llena en el agua azul, pienso en que sí, esta carta es sincera. Pero no por su contenido, eso aún está por ver. Sino por su destinatario. Si algo hace del valiente honesto es la aceptación plena de su cobardía, y yo, dándomelas de caballero andante, me enfrento al miedo que he estado evitando desde que en esta maravillosa ciudad vivo. 

    No me refiero al miedo que se tiene al agua, a los bichos y medusas que la habitan ni al peligro de las olas que no avisan. Hablo de un temor abismal. Me horroriza el mar en su mirar, en su sonar. Hay algo sublime, sí, en su naturaleza enorme e imperturbable. Su tamaño supera al de la tierra firme, su movimiento no cesa. Es como un rayo que truena continuamente. Y como el ave que vuela, el mar no lo sabe, no se sabe mar. Pero yo sí lo sé mar y hoy vengo a contarlo al papel. Enfrentarme a la tinta con este cometido llevo tiempo pensándolo. Al llegar a Málaga decidí escribir algo algún día -en el momento en el que lo supiese- acerca del mar y mi relación con él. Mi idea era documentar de forma poética y por escrito, rimando, mis encuentros con el agua salada hasta la actualidad. En este poema se relataría mi infancia con el mítico ¡Cuanta abba! Muestra del asombro de un infante. Seguidamente, aparecerían las imagenes de la familia, los amigos, el amor y la vida. Mi miedo era quizás no escribirlo. Por eso creo pertinente no faltar al respeto escribiendo al mar cosas que este no entiende. 

    El mar es amor, es movimiento y cambio, es aquello que suena siempre que se escucha, es fuente de dolor y placer, es lugar, es espacio. Y yo, desde aquí, acepto mi temor y se lo escribo, para ver si de ahora en adelante, como un velero a la deriva pero con el único rumbo de seguir navegando, llego a aguas y consigo gemir y gozar en un suspiro, finalmente, el amor que todo mar dice.

[Fui caminando a casa desde Cala del Moral y no pude resistirme al descanso que la playa me ofrecía en forma de personas, solas, meditando]

Atención, paciencia y nada más

    No es necesario hacer nada en especial. Al parar se escucha siempre aquello que suena y se mira lo que se ve. El ser es lo que es. También en movimiento se disfruta pero hay siempre un tipo extraño de quietud en quien de esto se da cuenta con nuestra extraña y agradable atención.

    Y alguien dice que no es necesario hacer nada en especial pues es necesaria la paciencia y nada más para contemplar que el rayo deseado algún día a nuestro lado caerá. Nadie vio, sin embargo, a los pájaros tristes o a los árboles gritar. Y los rayos del sol y la ira caen constantemente.

    Lo que a nosotros nos toca es esperar como queramos, pero desde la espera, mirar, cantar, bailar, pintar o pensar, pero siempre desde ese y no desde otro lugar.

Poema Amargo

Mil recuerdos y una rumia que acompaña este desierto y otra ruina de Ozymandias del pasado en el letargo que es  amargo . Todo suma recordan...