Seguir

¿Qué año es?

¿Qué año es?
No quisiera entreteneros
Pero, hace ya algún tiempo
Que creo que estoy atrapado 
Y es que no sé qué año es
Y es que no sé cuántos tengo
Y es que no sé qué hora es

Hace algún tiempo
Vine al mundo sin horarios
Pero ahora o hace un mes
Me endeudé con alguien,
seguro, ¡el mismísimo diablo!
Y no sé si volveré 
Al lugar aquel sin tiempo
Que era eterno
No este invierno…
Qué frío, va corriendo
Qué dolor, no hay razón 
En que el tiempo ha de pasar
Si no lo he elegido yo
Y ¿Quién soy yo? 

¿Qué hora es?
Creo que lo he comentado
Pero estoy algo angustiado
Y es que me puedo mover
Tranquilo por el espacio
Pero el tiempo está quebrado
Y es que no sé qué hora es
Y no lo puedo mover
-El tiempo-
Y es que no sé qué hora es.

Una idea…
¿Te miro? Mírame, mírame 
Ya te he visto
Creo que lo he conseguido 
¿Me has mirado, me has mirado?
¿Me ves?
Y aunque no sé qué hora es
Ni qué día, ni qué año
Ambos dos nos hemos visto
Y ese instante ha sido largo
Y es verdad que he visto algo
¿Ha sido el tiempo? 

¿Se ve? No sé si se me ve
¿Se me ve?
¡Ay que ver!
Que paciencia he de tener
Que llevo aquí atrapado 
Veinte años yo no sé 
¿Y se me ve? ¿Se me ve bien?

Ya…
No recuerdo como era
El momento antes del tiempo
Y por favor si alguien lo sabe
Que me diga cuando fue
¿Cuando fue?
Eso quisiera saber
Para ir así corriendo
Al momento en que pasó 
Y llamar cual ascensor
Al poder que me transporte
En el tiempo “Ding-dong”
El ascensor “ding-dong”
Del tiempo “ding-dong”
En el espacio “tic-tac”

“Tic-tac” ¿estoy ahí ya?
Creo que no
Esto me recuerda a un reloj
Y no me gusta
Para ya, por favor
Clustrofobia temporal
Para ya
Una ayuda, por favor
Una ayuda, una idea, mírame…

Así…
Y se disipa
La mirada en el espacio
El tiempo en el movimiento
En el baile del ayer
Que ha devenido hoy
Para ser tal vez mañana
En los dedos de la vida
Y así,
con encanto bailarán 
Con tinta en algún papel
Las palabras que aquí os canto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Oda a Malta (Versión extendida)

¡Oh, Malta!   Hija de la barriga   que place hinchada,   gran amante de la vida,   hija de la cebada   y de tu madre la espiga.   ¡Oh, Malta...