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Oda a la Malta

 ¡Oh, Malta! 

Hija de la barriga 

que place hinchada, 

gran amante de la vida, 

hija de la cebada 

y de tu madre la espiga. 


¡Oh, Malta! 

Hedonista, rubia 

de barrica, tercio o lata. 

Siempre rica, cara o barata 

me sonrojo cuando bajas 

fresquita por mi garganta. 


¡Y si es caliente también! 

¡Y si es del tiempo mejor! 

sobre todo en esas noches, 

esos culos de anteayer 

y las litros que olvidé 

en aquel congelador; 

bendito sea aquel dios Baco 

que satisface mi amor 

quitando esta seca sed. 


¡Oh, Malta! 

Malta de la panza hinchada 

de los tiempos de bonanza 

de los tiempos de la oz, 

del trabajo, la esperanza.

¡Oh, Malta! 

Tu fermento, tu vapor; 

te hecho de menos y en falta 

ya lo recuerdo, tu olor…


II - 2121

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